San Agustín

La historia empezó mal. Tras algunos minutos de estudio, Nacional metió el tan temido gol de visitante luego de que el Cata Díaz, intentando cortar un centro, la metiera dentro del arco de Orion. Para peor, una lesión de Meli le hizo mover la estantería rápido al Mellizo. Carrizo iba a la cancha en los últimos minutos de la etapa inicial para intentar que Boca logre en la etapa final el gol que lleve la definición a penales.

 

El segundo tiempo fue diferente. Con Boca decididamente parado en campo visitante, el trámite del partido cambió rotundamente. Nacional lo aguantaba con la entrega habitual en los equipos uruguayos hasta que un bochazo de Jara dejó en posición inmejorable a Pavón, que sometió a Conde para igualar 1-1. Pero claro, la historia estaba escrita para sufrir. Roja a Pavón por doble amarilla, estando previamente amonestado, el delantero se sacó la camiseta para festejar el tanto y vio la tarjeta que lo sacó del encuentro. Con uno más, y sabiendo que un gol más prácticamente lo clasificaba, Munúa puso al Diente López, pero el 1-1 estaba sellado a fuego.

 

Era hora de los penales. Ese tipo de definición que tantas alegrías coperas le dio a Boca a lo largo de su historia, se hizo presente en la helada noche de la Bombonera. Parecía que Conde se iba a transformar en el héroe de la velada al atajarle los disparos a Pérez e Insaurralde, para la estrella de Orión brilló más. El 1 Xeneize detuvo tres disparos, Carrizo anotó el último, y Boca se metió entre los cuatro mejores del continente.

 

Tuvo todos los condimentos que tiene que tener un típico partido de la Copa Libertadores. Goles, penales, héroes, una expulsión, sencillamente épico. Pareció la gran final, algo que también fue así por la grandeza de un Nacional que dejó muy bien parado al fútbol uruguayo. Fueron solamente los Cuartos de Final, el pasaje a estar entre los cuatro. Pero que te voy a hablar hazañas coperas Xeneize, si las conocés todas. Esto recién empieza.....